Canción de la inexistencia
Lo sé por fin: nunca he existido.
Tampoco podré morirme.
Soy, si acaso, la imagen viva de la inexistencia.
En los demás,
una reliquia de esperanza no cumplida,
en mi memoria,
un caos de noticias inoperantes, muertas.
Y nunca volveré desde mi infancia
para cumplir mis previsiones y proyectos.
Acabaré como tantos millones de personas
que pasaron por la historia sin haber vivido nunca.
No nacieron porque no murieron,
no murieron porque no nacieron,
no dejaron huella de sí mismos,
masa sin nombres ¿Quién les reclama?
¿Dónde se escucha su protesta de fantasmas
que anduvieron un día por el tiempo?
Aire vacío, tiempo inhabitado...
Como ellos, estaré con ellos enseguida
para olvidar este error, esta soberbia
de pretender vivir, diferenciarme,
ser persona, cosa pensante...
y dejar huella.
Vivo en un espantoso tiempo largo
que no se acaba nunca y que pronto
se romperá como burbuja de aire
al confirmar, así, mi inexistencia.
Ceferino
A TADEUSZ KANTOR
Comentarios
Publicar un comentario