Canción de la cobardía
Para vivir
hay que perder la condición de hombre,
hay que volver el rostro a la violencia,
hay que negarse a ver.
Plaza de Mayo,
mujeres argentinas
¿por qué me asaltáis con vuestros gritos?
¿Qué reclamáis a mi conciencia?
No es mi esposa, mi hermana, mi sobrina,
el desaparecido clamoroso...
ni tampoco puedo aceptar viviendo
que a los míos llegue
el azote feroz de la violencia.
Si nada puedo hacer,
no pidáis mi suicidio
porque no os sirve.
¿Cómo luchar, humanamente hablando,
frente a la bestia, de hombre disfrazada,
que no siente compasión ni ternura,
y solo se realiza con las fauces llenas
de sangre y de dolor ajeno?
No,
no me pidáis palabras,
testimonios que rompan mi futuro
de ir hacia el descanso de la muerte,
como un río hacia el mar inalterado.
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